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El primer camión de la historia

La revolución de Gottlieb Daimler en el transporte de mercancías por carretera en 1896

Los camiones son hoy en día los reyes del transporte por carretera, pero no siempre fue así. ¿Cuál fue el primero? ¿Cómo nació esta leyenda del transporte? Viajamos al pasado para descubrir cómo en 1896 Daimler mostró al mundo la revolución del transporte

Finales del siglo XIX. Los carros tirados por caballos son el medio más utilizado para el transporte de mercancías pese a sus limitaciones. En años anteriores, numerosos inventores de la época ya han intentado crear el vehículo idóneo para tan duro trabajo: entre 1770 y 1801, el ingeniero Nicolas Joseph Cugnot construye con la financiación del Gobierno de Francia los primeros camiones de vapor, destinados al transporte de cañones. Más tarde, en 1864, Siegfried Samuel Marcus, un ingeniero eléctrico nacido en Mecklenburg (Alemania), pone en funcionamiento el primer vehículo propulsado por gasolina y petróleo.

Sin embargo, no es hasta el año 1896 cuando llega el que ha sido bautizado como el primer camión de la historia. Un visonario de su época, el inventor Gottlieb Daimler construye el primer camión con motor de combustión.

 

A partir de un carruaje montado sobre ruedas de madera revestidas de hierro, Daimler sustituye la barra de tiro tradicional de los caballos por un motor que será el encargado de proporcionar la fuerza. Dando comienzo a una nueva categoría de vehículo de transporte que  acaba de nacer.

El pragmatismo es uno de los sellos distintivos del camión de Daimler, equipado con una transmisión por correa con cuatro velocidades y un motor Phoenix de dos cilindros. Este arquetipo está compuesto básicamente por una cabina elevada para el conductor en la parte delantera y una caja de carga con la leyenda “Daimler-Motoren-Gesellschaft Cannstatt” impresa en el lateral.

Así nace el primer camión de la historia: un coche de caballos transformado con una carga útil de 1.500 kilogramos. Su chasis cuenta con un complejo sistema de suspensión por muelles que, además de amortiguar las irregularidades de los precarios caminos y carreteras de la época, sirve para compensar las vibraciones causadas por el motor.

Este bloque, de dos cilindros, 1,06 litros y apenas 4 CV, es conocido con el nombre de “Phoenix” y está instalado en posición vertical debajo de la parte trasera del vehículo.

Es una herencia de los coches de pasajeros de la época, y su funcionamiento es similar: utiliza todavía un sistema de encendido por tubo de incandescencia, aunque cuenta ya con un carburador de inyección. Además es capaz de funcionar con tres combustibles diferentes: gasolina (que en aquellos años tiene que comprarse en farmacias), gas de hulla y aceite para lámparas.

Según Gottlieb Daimler, entre sus principales ventajas se encuentran “la compatibilidad y elegancia de su diseño, su funcionamiento silencioso y libre de sacudidas y sus gases de escape inodoros”.

Este medio de transporte pionero en su tiempo incorpora además un sistema de engranajes mediante piñones que permite trasladar la fuerza del motor a las ruedas y que constituye un precedente del eje planetario, un elemento que será distintivo y fundamental en la nueva generación de camiones que llegará años más tarde y que continúa siendo indispensable hoy en día.

Echando la vista atrás, es impresionante ver hoy cómo fue el primer camión que se construyó. Un ejemplo de innovación que ha pasado a la historia y con el que se inició el transporte por carretera motorizado como lo conocemos hoy en día.

“Ya se sabe: todos los comienzos son difíciles, sobre todo para las personas adelantadas a su tiempo. Y sí, el invento de Daimler necesitó algunos años para ser entendido por la sociedad de aquel entonces (más simpatizante con los coches de pasajeros) y no atrajo a un solo comprador en Alemania (sí a uno en Inglaterra). Pero en pocos años, y con el incremento de su potencia y capacidad de carga, acabó demostrando su utilidad y que los carros tirados por caballos ya no eran el modo más eficaz de transportar mercancías. Los camiones se habían convertido en los nuevos reyes de la carretera”.

Fuente: roadstars.mercedes-benz.com

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